Mas que una pastilla para dormir necesito una buena conversación, una de esas charlas que hacen que la hora deje de ser el parámetro importante y de las cuales no hay más que decir, simplemente vale la pena tener con quien compartirlas, conversaciones con complicidad más que palabras, ese momento en que la turba de papeles con noticias sueltas se compone en una historia, momento en que esos papeles que escribiste por montones y pegados muy cerca, pero que al principio no tenían más relación que el autor, tienen esos significados que le encuentras a algunas cosas y que a los segundos siguientes cuando esa situación se esfumo, ya no hay más, dándole la oportunidad a otros de sentirlo a su manera. Y que junto a un mocaccino seria la noche ideal, para este final de semana (lo perfecto e ideal dependen de eso, del momento lo que en algún ramo se dijo, la comunicación consta de varios componentes con roles dinámicos, dentro de los cuales está el contexto y el ruido, tomo esos dos porque son los que vienen al caso, y como dato rosa lenguaje, habla y comunicación NO son los mismo).
Momentos que sabemos buenos, pero que a ratos no se pueden cumplir por lo que llamamos “responsabilidades”, las de no saber que tendrán un buen resultado en un futuro cercano hubiera abandonado sin pensar. Momentos en que te dejas tropezar porque sabes que a ratos tus nubes son más fuertes y no dejan ver bien, y es ahí donde lo incomprensible se escucha más fuerte, es donde sabes que algunas situaciones no están bien y ese carácter decidido se torna agotador y quieres ser la que no entiende nada, siendo ahí cuando empiezas de cero, es ahí donde meter la cabeza en agua fría y que te griten sin pudor lo que piensan, no es malo y es lo que realmente quieres, es tomar una esposa y querer quedarse así hasta cuando lo escuches, quizás vestida de tacones, de rojo y de pelo húmedo.
Ese montón de papeles que escribiría de nuevo sin pensarlo y que seguiré escribiendo, porque me conozco, porque aunque me lo propusiera siempre es momento para que papel que se encuentre cerca sea el mejor compañero a esa idea fugaz. Porque no es obstáculo que esos papeles tomen otro significado de un momento a otro, es un buen argumento, porque desde que vi a esa mujer caminar sin nada en la mirada, creí que la vida no se hace de los logros que los otros ven en ti, no son más que esos que no se cuelgan en la pared, es eso que LOGRAMOS sentir y no se mide en tiempo.
El inicio de todo tiene dos opciones, es inesperado o se nos viene venir.
Esa conversación que es mil veces mejor que la posible parranda de sábado por la noche.
Y esa película que acaba de terminar y la que había visto solo el comienzo, ahora me doy cuenta que sí conocía el final, y que no era solo esta frase la que recordaba… “Quisiera hacerte lo que la primavera le hace a los cerezos”. Razón por la cual miro cada vez que me subo al metro la parte ubicada arriba de las puertas, para ver si en algún segundo a alguien se le ocurre que es un buen lugar para poner algo más que las estaciones, pero tropiezo con mis ganas y lo que pienso, las cosas importantes son las inesperadas, pero es ahí donde me gusta leer donde exista eso que llame la atención para continuar la historia.