Otra vez.

Hay cosas que siempre se han querido armar....




ah!

y ha sido un gusto...

lunes, 19 de octubre de 2009

v/s

No es una condición ni de villanos ni de santos, ni de inocentes ni culpable, que si el diablo pilla una soledad la frecuenta sin dudarlo, incluyendo las no tan solas. Hay algún remedio ante eso? de qué estamos hablando, ni que fuera una alergia el tema en cuestión, no es mas que una elección de sinceridad, no digo que sea sincera para todos los que la quieran mirar, sino para el que la quiera vivir y salir al mundo como prófugo de lo que nos rodea, y si no se tiene la opción ante eso, y si realmente les o nos gusta caminar de puntillas de vez en cuando.
La sensación de que nos mirar y que en cualquier momento puedes ser descubierto cautiva a todo el mundo, eso del miedo es tan adaptable como los olores, los sonidos y las malas costumbres.
Partir de la premisa que nadie es malo no es mas que la idea poética de que la humanidad es buena y que encontrar palomas blancas en la plaza de armas es sencillo, porque en el caso de encontrarnos una billetera en el suelo con plata y documentos, lo que mas vemos en el resto de la gente es un posible engaño, el que no nos deja saber qué hacer y nos deja siempre con la duda, será o no el dueño de la billetera o mejor en un acto de confianza, se la devolverá con todo lo que tenía?, en el que caso que la dejemos con un guardia.
Es natural escapar, eso no se juzga ni se discute, pero para encontrar el real valor de las cosas hay que tener el sabor tanto de lo bueno como de lo malo, no existiría el paraíso sin infierno, ni el amor sin secretos.
Es cautivante cuando se mira de reojo y se encuentra algo que valga la pena, porque la sensación de caminar de puntillas no es mas que saber que las cosas están pasando un límite y es eso lo que realmente se quiere.


... y como dice Cerati en un tema por ahí "el diablo frecuenta soledades", a lo que debería agregarse... ni a los humanos tan solas ni solos y a los que realmente quieren que los frecuenten.
y todo gracias a una sensación rara.

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